(Dos imágenes desestimadas) Se viven estos días con una intensidad distinta. A veces estoy a punto de escribir uno de estos, pero al lado de las noticias me resulta insignificante y me imagino hablando de la portada sin ganas, pensando en porras, sueldos desorbitados, heridos, acampados, soluciones.
El proceso del libreto esta siendo tranquilo y natural (también). Se está gestando en casa, como el disco, sin ayuda del ordenador.
Por fin he visto a Xavi Vila hoy, después de siglos. En la plaça Revolució, bajo un sol radiante, me ha hecho ver que lo que estoy haciendo recortando es de alguna manera hacer desaparecer las cosas.. para hacerlas aparecer en otro lado.
Empecé recortando fotos que me parecían sugerentes de una enciclopedia vieja, con cierta lástima medio enterrada, por estar separando la imagen de su significado y destrozando un objeto aunque sirva para crear otro.. Empecé escribiendo las letras en el cuaderno cuadrado en el que hice los collages para el disco anterior (esto es importante porque es un cuaderno de verdad), en Pilot negro: la letra se me iba por todos lados y no funcionaba. No es un boli para mí, no tengo control sobre él.
Siguió el lápiz. Con el lápiz me gustaba más la letra - pero era sucio, y sucio sin gracia. Las fotos se dejaron de incrustar con celo de doble cara para pasar a aguantarse con clips, los tenía a mano.
Luego me topé con el boli negro que me regaló Luque un día en el metro, y con el que escribía las letras del disco mientras escribía las canciones y eso marcó la diferencia para siempre jamás. Tiene textura de pluma, y conceptualmente es lo correcto: mi cabeza está tranquila y mis ojos también.
Después de hablar con Xavi hoy me he dado cuenta de que quizá más importante que las fotos sea la ausencia de ellas- el vacío que dejan, la incógnita que plantea un espacio negativo. Es un concepto sencillo, claro y orgánico. Imagen-no imagen.
Con respecto a la música, no podía ser tan fantástico... He visto que necesitamos un día más de mezclas. Algún coro que se dispara para dejar a la batería y a la voz principal como liliputienses, algún plano que todavía no tiene sentido tal y como está , y sobre todo THE GATE.
Esa canción no tiene que entender de dinámicas, así que el domingo volvemos a Figueres para pegarle un par de vueltas y dejarlo níquel.
Por lo demás ocurre algo que no había ocurrido nunca: estoy disfrutando de mis propias grabaciones. Sospecho que algo va mejor... o la música, o yo.