Y a ver qué tal esto de que la gente me vea en bragas, que se lleva mucho aunque parece algo muy chic que criticar, no sé de qué lado ponerme.
Hay que tener cuidado, Maika, cuando te pones a escribir, porque corres el riesgo de crisparte de antemano por miedo a no interesar. No se puede escribir sin amor y esperar que no te destruya. Empiezas a arremeter y a ser cínico y no dices más que cosas ingeniosas y detestables, y sin alma, y eso en realidad no es bueno para nadie, y no te interesa ni a ti.
Es un ejercicio de atención, así que nada de caras y personitas imaginarias, sólo la cabeza en lo que haces y los momentos para tomar aire, dedicados al ejercicio del amor- amor a Keko, a las patatas fritas, a la familia, a la actividad a la que dedicas tu vida y a tu pelo eternamente amorfo y cambiante. Todo eso son granitos de arena, claro, pero el mundo está en los granitos de arena, god bless.
Hoy estaba en la radio, creyendo que respondía las preguntas que me hacían, y al final resultaba que al locutor no se lo parecía. Bueno, no se puede intentar explicar cada razonamiento en la radio de la manera en la que yo me explico, y soy más bien austera porque me siento más cerca de la sinceridad. La gente que exagera es muy entretenida de escuchar, y creo que está bien que existan y vayan a la radio a hablar con mil colores en su paleta y formas extraordinarias con las que hacer soñar a la audiencia. He de aceptar que no es mi caso. Me preocupa tanto decir algo parecido a la verdad que, bueno... eso.
duo si idem dicunt, non est idem, eso queda patente, y hasta ahí mi latín.
Me maravilla la facilidad que tenemos las personas para no escucharnos. Intercambiar sonidos y palabras que nos suenan y que diríamos que entendemos pero si nos preguntan nos gustaría consultar el diccionario. Yo me aferro a mi manera de hacer con tanta intensidad que al final me la cargo, y tú a tu puesto intentando que no se cuelen balas imaginarias y haciendo un despliegue de artillería innecesario.
¿Lo he conseguido?
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