jueves, 1 de julio de 2010

Creo que son las hormonas.



Me parece que estoy a punto de comenzar a sangrar.
En cualquier caso me siento hinchada y apenas tengo hambre.
También estoy más cachonda que una perra en celo.

Síntomas inequívocos, diría yo, a pesar de que en teoría faltan diez días para que ocurra el evento mensual menos esperado de la cotidianidad.

Eso explicaría no sólo que me sintiera fea y gorda, sino también que lo estuviera (un poco).


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