Día 14. No queda nada y se me cae la casa encima.

Basta por hoy. Hoy ha cundido...

Estoy escribiendo otro tema, que es lo último que tendría que hacer... tendría que centrarme en los demás y tocarlos ya con los ojos cerrados, porque quedan 15 días para entrar al estudio, y muchos siguen a gatas... No me he podido resistir. Se llama Iron Bells, estaba empezado pero no le había encontrado más, y hoy ha venido tranquilamente y se ha hecho a si mismo, la verdad...

Es otro tema de riff, otro de los menos melódicos, con lo que creo que equilibra bien la balanza. Es una curiosa combinación la que hacen todas las canciones juntas.

Hemos pasado la tarde Xarim y yo con Nevermore - la canción del cuervo. está bajo control, y me he quitado un peso de encima, porque era de las que tenía atravesadas a pesar de que me gustaba. No sabía que hacer con su linealidad, era pesada y sin gracia (si el riff se tocara en una eléctrica sonaría a Judas Priest). Así que le hemos dado un nuevo DNI y en estos momentos debe estar lo menos en Tijuana...

Vamos a usar la repetición, la rectitud y la brevedad del tema en su favor. la idea es hacerla más ligera, antes era pesada y grave, ahora se trata de crear una maraña repitiendo frases muy cortas de instrumentos orgánicos aquí y allá - loops -, y digo orgánicos porque es un concepto parecido al de la música electrónica, pero en lugar de corta-pegas la idea es tocar la misma frase las mil veces que se haya de colocar a lo largo de la canción, y que haya así sitio para el error y la variación (aunque sutil).

Que respire vida.

Y hablando de vida... parece que las paredes avancen y el cubo sea cada vez más pequeño. Vamos a ver que se cuenta Irma (la dulce).