viernes, 29 de abril de 2011

Día 11... No work, all play


(la letra pequeña ahí arriba... dice: MaikaMakovski. Una cláusula más que un cartel!)

El día 11 fue un lapsus. Me vi cruelmente separada de mis 12 recién nacidos para pasar horas de incertidumbre en un backstage veraniego... Durante la tarde nos moríamos de calor y en cuanto se fue acercando la hora del concierto el cielo empezó a conspirar en nuestra contra y se divirtió mirando las reacciones de la organización.

Pasaron muchas cosas pero fue perfecto.. desde un punto de vista anímico-
A Luque le reventó una alcantarilla delante del taxi y la que se armó en la carretera fue tal que el retraso era certero e indefinido... Tanto insistir en la puntualidad y entre ver a un técnico echar un cubo gigante de agua del escenario y el bajista que no llegaba, acabé saliendo a las nueve menos diez. Yo hubiera salido antes, pero en estos conciertos grandes la gente tiene que hablar por talkie entre ellos, preguntarse cómo están, qué tal los hijos, y por cierto, han encendido el foco azul? y el rojo? y el de delante y el de atrás?

Y ya en el escenario estuvimos solos unos momentos, que fueron deliciosos para mí, y después llegó Xarim sin avisar, como un gitano con una firebird en lugar de una trompeta, y a la cuarta vi a la banda salir con el ceño fruncido de preocupación, pero para game of doses no necesitamos el bajo realmente... excepto... ah, ese final... bueno, nos las apañamos, todo es siempre más divertido con eventualidades. Lo gracioso del tema es que Juan Carlos Luque llegó justo para el subidón. Se subió al escenario, se colgó el bajo, le dio una hostia a la cuerda gorda, y ya somos Maika Makovski.

Flotaba un gran amor en el escenario ayer, creo que cuando somos cinco se completa algo, y puede ser destartalado y puede ser rompetímpanos, pero es hermoso...
Ayer hubiera querido conventirme en una enorme manta impermeable con forro de lana para cubriros de la lluvia.


(what a bunch of sweeties!)

Luego la últimamente habitual migraña postconcierto, iboprufeno, frío, Nacho Vegas sorprendiéndonos para bien, para de llover como un milagro, y al local.

2 comentarios:

  1. Que bueno...uno no quiere a veces contratiempos, pero dan una vidilla que luego se disfruta...bueno, y otras no. Me alegro que al final saliese bien, un saludo.

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  2. Ni la lluvia desmereció el conciertazo. En cuanto al principio, también desde el público se sintió de forma especial, tú solita allí y luego el apoyo inesperado, y la llegada in extremis del rezagado... muy épico todo!

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